martes, 26 de abril de 2011

http://www.clarin.com/opinion/Estrategias-exitosas-frenar-fundamentalismo_0_439156176.html

Estrategias exitosas para frenar el fundamentalismo

06/03/11
Redes. Facebook y Google fueron más efectivas en la derrota cultural de Al Qaeda que los nueve años de campaña militar de EE.UU. en Afganistán.
Tan importante como la ola insurreccional que recorre el mundo árabe es el hecho de que algo esencial en ella no ocurrió.
El dato estratégico central de la movilización de la sociedad civil que transformó irreversiblemente el statu-quo en Oriente Medio y el Norte de África es que no fue desatada ni liderada por el fundamentalismo islámico o Al Qaeda.
La clave del misterio de la obra de Arthur Conan Doyle (“Silver Blaze”) es -en los términos de Sherlock Holmes- “el curioso incidente de por qué el perro no ladró” y la razón del acertijo es que omitió hacerlo. Se pregunta Heidegger: “¿Por qué existe algo y no mejor nada?” Todo indica que Al Qaeda (Osama Bin Laden) -exactamente como Barack Obama- fue sorprendido por los acontecimientos. Los sucesos en Egipto fijan el signo político de la región, a través de mediaciones específicas de cada país, pero en forma irreversible.
Se podría inferir que lo sucedido en los últimos dos meses es una derrota estratégica de Al Qaeda y el fundamentalismo islámico, probablemente decisiva. Algo esencial de la historia del siglo XXI quedó atrás.
No hay pasado ni futuro en la política mundial, sólo un eterno presente; lo verdadero no es de ayer, ni de mañana, sino ahora. Y el hecho central es que a la cabeza de las manifestaciones de la plaza Tahrir no estuvo Ayman al-Zawahiri, el médico egipcio, mano derecha de Osama Bin Laden, sino Wael Ghorim, el joven ejecutivo de Google para Oriente Medio y África del Norte.
La creación de Mark Zuckerberg (Facebook) ha sido más efectiva en la derrota estratégica de Al Qaeda que los 9 años de campaña del ejército de EE.UU. en Afganistán.
Se trata de un hecho político de envergadura mundial, que cierra el ciclo iniciado el 11 de septiembre de 2001 y también las dos guerras de la primera década del siglo XXI (Irak, Afganistán).
Lo que queda no es la paz -situación provisoria, fugaz, de la política mundial-, sino un nuevo tipo de conflicto, de otra naturaleza.
Lo nuevo se revela en los acontecimientos de Egipto. Lo que aparece es un movimiento insurreccional de la sociedad civil, encabezado por una juventud virtualmente organizada en forma horizontal a través de Internet y las redes sociales , que reclaman por conflictos muchas veces de carácter local o individual y que obliga a intervenir al eje del sistema que cuestionan: el ejército en el caso de Egipto. Lo virtual es real como lo actual; lo que puede ser surge del núcleo central del presente.
Quizás sea conveniente fijar la atención sobre la relación entre China/Internet.
Los usuarios de Internet en China ascendieron a 457 millones en diciembre de 2010: 50% más que la población de EE.UU. El año pasado crecieron 19% (73,3 millones) y los bloggers activos son 53,1 millones.
De ese total, el número de los que tienen acceso a la red por telefonía móvil aumentó 29,6% y llegó a 303 millones de personas. El número de usuarios en 1997 era 620.000. Dijo el premier Wen Jiabao el sábado pasado en una discusión on line: “la lucha contra la corrupción es la tarea primaria del gobierno” y para eso es necesario que la opinión pública (usuarios de Internet) pueda supervisar a todos los funcionarios, sin distinción de jerarquías, del partido y del Estado, ante todo obligándolos a informar sobre sus ingresos y activos y el de los miembros de sus familias.
En el espacio político virtual de Internet en China -el mayor del mundo- el eje del sistema, el Partido Comunista, goza de una profunda legitimidad, porque su política de apertura, reformas e integración al mundo ha realizado la transformación social y económica más grande de su historia en los últimos 30 años.
Por eso, una reedición de la Plaza de Tiananmen (1989) es de baja probabilidad. Pero también el sistema político virtual creado por el Partido Comunista chino lo obliga a dialogar, a explicar y a actuar de acuerdo a la nueva realidad , cada vez más de abajo hacia arriba.

"Soy cristiano y marxista"

Personalidades / Ernesto Cardenal

El sacerdote y poeta nicaragüense visitó la Argentina para presentar un documental sobre la tarea religiosa, social y artística que desarrolló en una isla de su país. En esta entrevista evoca aquella experiencia y analiza luces y sombras de la revolución sandinista

Viernes 04 de marzo de 2011 | Publicado en edición impresa
Por Mauro Apicella
LA NACION
En la iconografía infantil, Dios es un hombre añoso de cabellera, barba y túnica blancas. Esa imagen podría corresponder a la del sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Claro que él usa boinas negras, detalle que le da un toque revolucionario. Es decir: dentro de la iconografía infantil, esa imagen sería la del Dios revolucionario.
Don Ernesto estuvo en la Argentina hace unos años para el III Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Rosario, y regresó a nuestro país en enero último para presentar el documental que cuenta la historia de su trabajo, durante el segundo lustro de la década del 60, en las islas nicaragüenses de Solentiname. Pasó por Buenos Aires y por la ciudad cordobesa de Cosquín, donde presentó el largometraje realizado por Modesto López ante el público que asistió al "Encuentro Nacional de poetas con la gente", que desde hace 10 años forma parte de la programación del Festival Nacional de Folklore.
Cardenal es un religioso trapense que dejó un monasterio en Estados Unidos por consejo de su maestro y amigo Thomas Merton, para instalarse en una alejada comunidad en Solentiname. Su labor hizo que de allí salieran pintores, poetas y escultores campesinos. Apoyó la revolución nicaragüense, fue ministro de Cultura de su país entre 1979 y 1987 y se alejó del gobierno, desencantado por el rumbo que éste tomó en la década siguiente. Desde muy joven, desarrolla su tarea como escritor. Tiene en su haber títulos muy difundidos, como Cántico cósmico y El evangelio en Solentiname .
Días antes de la presentación en Cosquín, el poeta, religioso y revolucionario conversó con adn de muchos temas. "Venga mañana, a las once. Ernesto lo espera a esa hora para la entrevista. Anote la dirección", había dicho Modesto López. Para las once de aquella mañana, la llovizna fresca enfriaba el calor festivalero que se sentía por esos días. En el jardín de la casona cercana al río Cosquín, donde estaba alojado Cardenal, la tranquilidad, el olor a césped mojado y las reflexiones del veterano poeta también contribuían al contraste con el frenesí musical. Ernesto Cardenal rememoró las revoluciones que fueron y las que no, habló de la contemplación, del cristianismo, del marxismo y de la actualidad política de América latina. Ese hombre de 86 eneros, cumplidos hacía muy poco, era el mismo que en una charla sobre el origen de la vida había contado que las computadoras estaban construidas con la arena del mar ("De silicio, que es el principal compuesto presente en la arena del mar", explicó en una conferencia ofrecida en Asturias, en 2004).
Sentado en un cómodo sillón, el hombre de cabellos largos, camisa blanca y boina negra no era Dios, pero no dejaba pasar nada por alto. "¿Esta entrevista no es para un periódico?", preguntó mientras señalaba la videocámara que estaba sobre la mesa ratona. "Sí. Quédese tranquilo. Fíjese que no lo estoy enfocando. La estoy usando para registrar su voz porque mi grabador no anda bien", respondió el cronista, con la sospecha de que quizá la duda había quedado dando vueltas. O no. Porque Cardenal no parece una persona afecta a las dudas. El envejecimiento, la vida y su origen (algo a lo que tantas palabras le ha dedicado en sus libros), la muerte y la resurrección fueron algunos de los primeros temas que pasaron por esta charla y que, realmente, no cargaban en su voz un tono dubitativo. "Nunca tuve dudas. Siempre fui cristiano", dijo. Y a esto se podría agregar que es un hombre de fe que ha buscado muchas respuestas en la ciencia. "Sí -confirma-. En la naturaleza. En los nuevos descubrimientos. La ciencia me acerca más al autor de la creación, que es Dios."
-¿Cómo lleva su sacerdocio? ¿Hace mucho que no celebra misa?
-Sí. Porque tengo una sanción del Vaticano que se llama suspensión a divinis . Un teólogo en Florencia me dijo que no debería llamarse así sino a humanis porque ha sido por razones políticas en el tiempo de la revolución en Nicaragua. Junto con otros sacerdotes que apoyamos la revolución tuvimos esta suspensión que significa la prohibición de administrar sacramentos. Pero sigo siendo sacerdote. La prohibición para mí no es importante porque no me hice sacerdote para administrar sacramentos sino para unirme a Dios y llevar una vida contemplativa. Mi vocación fue contemplativa, no de pastoral sacerdotal.
-¿Qué siente al ser una persona que está al servicio de Dios y al mismo tiempo es reconocida y famosa, con todas las tentaciones del ego?
-Lo de reconocido y famoso ha sido gradual. No hace mucho tiempo que empecé a ser conocido. En los últimos años mi obra ha tenido mucha divulgación y publicaciones en varias lenguas. Pero no sé si muchos lectores. Y nada de eso es garantía de excelencia. Habrá que ver las razones de la divulgación. Yo creo que fue el esfuerzo de algunos editores míos, especialmente el de Alemania, que hizo una gran labor. El escritor inglés T. S. Eliot dice que a la grandeza literaria se llega por razones extraliterarias. En el caso mío, esa "grandeza pequeña" se debe a los temas que traté, a la inspiración de mi poesía: los pobres, los oprimidos, la justicia social. Ésas son las razones extraliterarias.
-Cuénteme ahora aquello por lo que se ha lamentado.
-Por la pérdida de la revolución. Ésa es la pena más grande de mi vida.
-¿Se refiere a cuando, a fines de los años 80, dejó el Ministerio de Cultura y comenzó a desencantarse por el rumbo que tomaba el gobierno nicaragüense? ¿Qué fue lo que más lo decepcionó?
-Es que fue una revolución muy bella de diez años y pico. Para mí y para muchos otros, la mejor revolución que ha habido, la que ha tenido más solidaridad y cariño en el mundo entero y también la que ha significado la mayor transformación para Nicaragua en toda su historia. Nosotros creíamos que sería para siempre pero fue frustrada por la injerencia de Estados Unidos y la pérdida de unas elecciones. Eso fue el fin de la revolución; no la pérdida de las elecciones. Porque esa revolución era democrática. Es un riesgo democrático perder elecciones. Habiendo sucedido eso, la revolución pasó a ser oposición. Y los altos dirigentes perdieron la moral y comenzaron a robar escandalosamente en el tiempo de transición, antes de entregar el poder al nuevo gobierno. Ya no se podía hacer una revolución desde la oposición. Simplemente quedó un partido político corrompido que es el que más tarde volvió al poder.
-¿Cómo ve el panorama social y político en América latina?
-Muy bueno, a excepción de Nicaragua. Me gusta el hecho de retomar el sueño bolivariano que lleva adelante Hugo Chávez. Tratar de unificar a América como un solo poder en contraposición al poder del Norte. El mismo proceso socialista que hay en Ecuador, Uruguay y Paraguay, ahora con un obispo de presidente, y la Argentina, con un presente sumamente esperanzador. Y también está el ejemplo de Brasil, que es gran esperanza para América latina. Agregaría México, no todo, pero sí el sur, con el movimiento zapatista del subcomandante Marcos. Es la última revolución del siglo XX y la primera del XXI.
-Usted estuvo con Marcos hace algunos años. Salvando las diferencias temporales, ¿cree que el movimiento zapatista tiene características similares a las del sandinismo de la revolución en Nicaragua?
-Pues... tiene las características del primer zapatismo, de Emiliano Zapata. Eso es lo que hereda. Y eso también inspiró a Sandino. Porque Sandino, igual que Zapata, nunca quiso ser presidente. Quiso un gobierno agrario, campesino y de cooperativas. Y no quiso ser un partido. De manera que existieron esos lazos de identificación.
-¿Hacia dónde va hoy el movimiento zapatista?
-Lo ignoro. No sé en qué están ahorita, ni para dónde van, ni hasta cuándo van a estar así, enmascarados.
-Volvamos a su trabajo en Nicaragua, ¿cuánto influyó el Concilio Vaticano segundo en experiencias como la de Solentiname?
-Fue producto del concilio. La teología de la liberación también nació de ahí. Fue el movimiento latinoamericano de volver al Evangelio. El problema es que el nombre fue mal escogido. Los obispos la llamaron así por no llamarla teología de la revolución. Esa era una palabra demasiado fuerte para ellos. Usaron la palabra liberación como un eufemismo. En mi opinión, fue una teología de la revolución y marxista, aunque no todos los que han participado en ella aceptan eso. O lo matizan diciendo que del marxismo sólo se aceptó el método social. Creo que si la hubieran llamado teología de la revolución, nadie se preguntaría de qué se trataba porque todos saben lo que significa la palabra revolución. Y nadie se preguntaría por qué el Vaticano se opone a esta teología, ya que el Vaticano se opone a toda revolución desde hace muchos siglos. Las revoluciones fracasaron en muchos países, lo mismo que el intento de hacer sociedades de modelo marxista. No quiero decir que Marx haya fracasado, porque eso sería como decir que el cristianismo ha fracasado, sino que fracasó la aplicación que se ha hecho de él. Ha sido verdaderamente contraria al cristianismo: la corrupción de los papas del Renacimiento, la Inquisición, las Cruzadas. El escritor y humorista inglés Chesterton decía que el cristianismo nunca había fracasado porque no se había puesto en práctica. Lo mismo se puede decir del marxismo. Sin embargo, yo sigo siendo cristiano y marxista.
-Aunque muchos consideren esto como una contradicción.
-Sí, pero no tiene por qué serlo. Es como decir cristiano y demócrata. Como tampoco hay contradicción entre cristianismo y medicina. No son la misma cosa; tampoco son contrarias ni incompatibles.
-¿Cuál fue y es el principal problema del cristianismo? ¿Que cada uno lo quiere entender a su manera?
-El mismo que tuvo Jesucristo en su tiempo: el cristianismo es difícil de practicar. Amar a los demás como a uno mismo. En eso se fundó el reino de Dios. El amor a los demás y la entrega de uno mismo. El morir para los demás, que fue lo que él hizo. Tratar de imitarlo es sumamente difícil pero tenemos la obligación de hacerlo. A eso lo llamó el Reino de Dios. Eso era algo subversivo en esa época como en ésta lo es revolución.
REFLEXIONES MISTICASPara quienes estén interesados en la literatura mística, éstos son algunos títulos que fueron producto de la dedicación contemplativa de Ernesto Cardenal.
Vida en el amor . "Es un libro que escribí al salir del monasterio. Son reflexiones místicas, publicadas con un extenso prólogo de Thomas Merton."
El telescopio en la noche oscura . "Un librito pequeño, que se puede decir que es místico y contemplativo."
Cántico cósmico . "Aunque no está dedicado a lo contemplativo, lo místico está presente en algunos pasajes."
"POR MILAGRO"Ernesto Cardenal es modesto respecto de su experiencia en una isla nicaragüense del archipiélago de Solentiname, a mediados de la década del 60. "Yo no llegué allá con algún propósito. Estaba en un monasterio trapense en Estados Unidos y mi maestro orientador, el escritor místico, muy célebre, Thomas Merton, me aconsejó no entrar en otra orden religiosa sino fundar una comunidad que fuera pequeña en mi país. Eso fue lo que hice para vivir una vida contemplativa. Irme solito como ermitaño iba a ser difícil, por eso fui acompañado por otros pares. Llegué con dos compañeros del seminario que renunciaron al sacerdocio por esa aventura. Pero era un lugar alejado de todo, muy pobre, y no podíamos dejar de atender las necesidades más inmediatas de allí y de las islas. Yo era párroco de la pequeña población campesina. Además de celebrar misa teníamos alguna labor social que no pudimos dejar de hacer. Por ahí vimos que un campesino había hecho una pintura primitiva. Le dimos telas, pinceles y óleos. Hizo un cuadro que se vendió en Managua. Así empezaron a pintar otros y surgió ese movimiento pictórico primitivo campesino. Lo mismo pasó con la artesanía y la poesía. Yo no había proyectado nada de eso, aunque le dio cierta importancia a mi estadía allí. Pero no debe exagerarse."
Y así de espontáneo fue el Evangelio en Solentiname : "En la misa, al leer el Evangelio, yo no hacía una predicación. Lo comentábamos con la gente. Eso me pareció tan interesante que comencé a grabar sus comentarios. Primero lo publicamos en una revista y luego en un libro de dos tomos llamado el Evangelio en Solentiname . Se editó en muchos países y muchas lenguas. Todo ocurrió por accidente... No. Esa palabra no es correcta. La correcta es por milagro".

Dr Oscar Klier: Sin Tenedor ni Cuchara

Dr Oscar Klier: Sin Tenedor ni Cuchara

Sin Tenedor ni Cuchara

http://www.elpais.com/articulo/portada/tenedor/cuchara/elpepusoceps/20110320elpepspor_13/Tes

ROSA MONTERO MANERAS DE VIVIR

Sin tenedor ni cuchara

 

ROSA MONTERO 20/03/2011
 
La estupenda cantautora catalana Marina Rossell me contó el otro día algo espeluznante: que en Ravensbrück, un campo de concentración nazi sólo para mujeres situado a unos cien kilómetros al norte de Berlín, a las prisioneras se las obligaba a comer sin cubiertos, con las manos. Puede parecer un detalle baladí, teniendo en cuenta las atrocidades que se cometieron en el infierno del nazismo: los millones de personas convertidas en cenizas, los niños judíos torturados por Mengele para experimentar sobre los límites del dolor. De hecho, por Ravensbrück pasaron, entre 1939 y 1945, unas 132.000 mujeres, de las cuales murieron 28.000, así que debieron de suceder cosas terribles. Pero el detalle de no proporcionarles cubiertos me parece una crueldad refinada y demoledora. De esa manera las forzaban a comer con los dedos, a hozar en el plato, como animales. Era un método sencillísimo para romperles el espinazo moral, para hacerles perder la dignidad y la autoestima, para degradarlas cada día un poco más. Eso es lo más estremecedor de los genocidios totalitarios: que se basan en la previa deshumanización de las víctimas. Antes de asesinarlas, antes de destruir sus cuerpos, primero las destruyen como personas.

"Cuando alguien ha muerto por ti, sin duda te sientes de algún modo obligado a ser mejor"
Marina tiene una hermosa canción que se titula Morir a Ravensbrück que cuenta esta historia, que es la historia de Neus Català, una mujer que sobrevivió al horror de aquel campo. La letra de la canción es de la gran Montserrat Roig, que había conocido a Neus mientras preparaba uno de sus libros mas importantes: Noche y niebla: los catalanes en los campos nazis. Ahora se cumplen, precisamente, veinte años de la tempranísima muerte de Montserrat. Català, en cambio, sigue entera y coleando, con 94 años. A pesar de todo, sobrevivió. La capacidad de resistencia del ser humano es prodigiosa.
Un segundo amigo, el economista Javier Velasco, me ha contado otra historia estremecedora que de alguna manera se parece a la anterior. En los primeros y más tenebrosos años de la posguerra española, un buen número de prisioneros políticos fueron llevados a trabajar de manera forzosa a las minas asturianas. Un grupo de matones falangistas bajaban de cuando en cuando a una de las minas más importantes y colocaban en fila a todos los prisioneros. Les hacían numerarse, y luego señalaban a unos cuantos al azar y les decían que dijeran un número. Al desgraciado que coincidía con el número mencionado, lo sacaban de la formación y lo fusilaban. Y lo más conmovedor (y probablemente ya lo has adivinado, porque, en el fondo, y pese a todo, confiamos en la fuerza del ser humano) es que, en más de una ocasión, el prisionero al que preguntaron contestó dando su propio número. Y, por consiguiente, fue sacado de la fila y ejecutado.
Como en el caso de Ravensbrück, escalofría pensar en la maligna pero afilada inteligencia que diseñó un entretenimiento tan cruel. Porque los mejores de entre los prisioneros, los más enteros, los más valientes, los más generosos, los más difíciles de quebrar, daban su propio número y, por lo tanto, eran eliminados. Y los demás, los que daban el número de un compañero, estaban destrozados para siempre. Perverso y eficaz, sin duda alguna.
Y, sin embargo... Sin embargo, creo que este meticuloso plan para acabar física y anímicamente con el enemigo tenía un error fatal, un agujero: el ejemplo de entereza y heroicidad que ofrecía el compañero que se inmolaba. Cuando alguien ha muerto por ti (y evidentemente todos los que el héroe no nombraba le debían la vida), sin duda te sientes de algún modo obligado a ser mejor. A mantener tu existencia a la altura del colosal regalo que te han hecho. De manera que, si bien los más valiosos eran eliminados, ese ejemplo tuvo que levantar por fuerza la moral y la dignidad de los que quedaban. Lo más destructivo hubiera sido que todos hubieran dado el número de un compañero... pero se diría que la vida siempre se guarda estos pequeños ases en la manga. Incluso en los peores momentos, en los campos de concentración nazis, en el más enloquecedor abismo de maldad, en la desolación de la total desesperanza, hubo gente que siempre estuvo por encima de todas las expectativas, gente que escogió y supo ser heroica. Y gracias a eso es por lo que podemos seguir escribiendo poesía después de Auschwitz, en contra de lo que dijo Adorno en su famosa frase.
www.rosa-montero.com

Dr Oscar Klier: “Incapaces” de creer

Dr Oscar Klier: “Incapaces” de creer

“Incapaces” de creer

A 68 años del levantamiento del Gueto de Varsovia

“Incapaces” de creer

Por Jack Fuchs *
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El 19 de abril es el día de recordación de la tragedia vivida por el pueblo judío en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando finalizó la contienda, no existían términos que definieran lo vivido. No existía “Shoah” ni “Holocausto”. Por otra parte, aquellos que habíamos sobrevivido al horror no sabíamos cómo ni en qué fecha conmemorar esta tragedia. ¿Qué fecha tomar como referencia si aquello no tenía certificado de nacimiento ni partida de defunción? Por entonces, apenas terminada la guerra, se decidió que el 19 de abril –fecha del Levantamiento del Gueto de Varsovia– sería el día de convocatoria. Recuerdo que en esos años de mi estadía en los Estados Unidos solamente nosotros, los sobrevivientes, participábamos de los actos conmemorativos. Años después, con el establecimiento del Estado de Israel, en 1948, se decidió conmemorar la tragedia dándole un día universal común a todas las colectividades judías del mundo, y luego se agregó como fecha conmemorativa aquella mal llamada “liberación” de Auschwitz.
Pasaron 68 años desde el comienzo del levantamiento, que llevó a la liquidación, del Gueto de Varsovia; 68 años desde que un grupo de no más de 500 jóvenes, con unas pocas armas caseras, tomaran la decisión de morir luchando y no en las cámaras de gas. Sin duda fueron privilegiados; un privilegio que no tuvieron, siquiera como opción, millones de personas.
Existió una guerra por la conquista del planeta por parte de los nazis y otra guerra contra la población civil. La que más caro lo pagó fue la población judía. La lucha contra los judíos fue una “guerra dentro de otra guerra” y, para cumplir con los objetivos, no fueron necesarias más que oficinas y expertos trabajando en silencio y ordenadamente. Así se produjo un “enfrentamiento “ entre un grupo armado y otro, sin tanques, ni aviones ni ejércitos.
En noviembre de 1942, Jan Karski, resistente clandestino polaco, fue enviado como “courier” a Londres, para entrevistarse con autoridades polacas en el exilio, el gobierno de Gran Bretaña y el liderazgo judío mundial. Llevaba, entre otros mensajes, uno para el Papa solicitándole que excomulgara a Hitler y sugiriéndole que tomase medidas con aquellos católicos que participasen en actos de asesinato y barbarie. La indiferencia fue la respuesta.
Karski viajó entonces a Estados Unidos y, a poco de llegar, acompañado por el embajador de Polonia, se entrevistó con el juez de la Corte Suprema Félix Frankfurter, quien pidió detalles sobre la vida de los judíos en Polonia. Karski explicó lo que había visto y, según sus propias palabras, la reacción fue la siguiente: “Cuando terminé de contar el horror del que había sido testigo, Frankfurter se levantó, caminó algunos pasos y nos dio la espalda. Después volvió a sentarse y dijo: debo ser totalmente franco. Soy incapaz de creerle”. El embajador de Polonia, presente en la reunión, le contestó: “No puede decir que Karski miente. La autoridad de mi gobierno avala la totalidad de lo dicho”. El juez Frankfurter replicó: “Sr. Embajador, no digo que este hombre miente. Digo que soy incapaz de creerle”.
Y no fue el único “incapaz”. En la primavera de 1945 el mundo “descubrió” el horror de los campos de concentración y las fábricas de la muerte. El mundo, cubierto por las cenizas de todos los muertos, quedó sorprendido sabiendo que, si la indiferencia no hubiera estado tan arraigada, Auschwitz no hubiese sido posible.
En cada día de recordación, rindo desde estas líneas mi homenaje a aquellos que perecieron en ese histórico levantamiento y a todos aquellos que no tuvieron, siquiera, esa posibilidad.
Retomo las palabras de Schmuel “Arthur” Zygelboim en su carta de despedida enviada antes de suicidarse, en la noche del 11 de mayo de 1943, al primer ministro del gobierno polaco en el exilio, en Londres, general Wladyslaw Sikorski: “(...) no quiero vivir mientras los restos del pueblo judío en Polonia, uno de cuyos representantes soy yo, son asesinados. Mis amigos en el gueto de Varsovia perecieron empuñando las armas en esta última lucha heroica. No fue mi destino morir como ellos, junto con ellos. Pero les pertenezco, a ellos y a sus tumbas colectivas. Con mi muerte quiero expresar mi más enérgica protesta contra la pasividad con que el mundo contempla y permite el exterminio del pueblo judío”.
* Pedagogo, novelista, sobreviviente de Auschwitz.

La negativa de la mutual judía

El país|Martes, 26 de abril de 2011
Polémica por una decisión de la conducción ortodoxa de la AMIA
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-166999-2011-04-26.html

La negativa de la mutual judía

En medio de las negociaciones para definir quién encabezará la AMIA, las actuales autoridades impidieron el entierro de un bebé en los cementerios de la comunidad porque la abuela materna no es judía de nacimiento.

Por Raúl Kollmann
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El actual titular de la AMIA ya había distinguido entre “judíos genuinos y no genuinos”.
Las autoridades de la AMIA, alineadas con el sector ortodoxo de la comunidad judía, no permitieron el entierro en ningún cementerio judío de un bebé que murió antes de nacer, a los ocho meses de gestación, hijo de la cantante litúrgica de la sinagoga de Lamroth Hakol y su marido. El argumento fue que la abuela materna se había convertido al judaísmo, o sea que no era judía de vientre. El caso despertó la indignación de los padres de la criatura, Yanina y Pablo, que tuvieron que optar por un entierro en un cementerio privado. En la comunidad judía se levantó una enorme polémica porque se vuelve a discriminar entre lo que alguna vez el actual presidente de la AMIA, Guillermo Borger, llamó “judíos genuinos y no genuinos”. Además, el debate se da en las semanas previas a la elección del nuevo titular de la AMIA, tras los comicios en que la agrupación Bloque Unido Religioso (BUR) consiguió la primera minoría, pero dos listas que responden a criterios más amplios, si se alían en la asamblea de representantes, podrían imponer una conducción distinta a la ortodoxia actual.
El drama del bebé que no pudo ser enterrado en un cementerio judío se produjo hace dos semanas. Página/12 verificó la historia con allegados a la pareja que le narraron a este diario detalles asombrosos. Yanina trabaja desde hace ocho años en Lamroth, enseña la Torá y es la cantante litúrgica de las ceremonias religiosas. Ingresó a un jardín judío a los dos años, hizo la primaria en el colegio Ramat Shalom y la secundaria en Amos, que funciona en Hebraica. Su vida social durante la adolescencia transcurrió en Macabi y se casó con Pablo en el templo de Lamroth Hakol. Su marido trabaja en instituciones judías desde hace 20 años.
Cuando la pareja pasó por el doloroso trance de perder el bebé a punto de nacer, decidieron enterrarlo en un cementerio de la comunidad. Pero las autoridades de la AMIA lo impidieron porque la madre de Yanina no había nacido judía, sino que hizo la conversión en el Seminario Rabínico Latinoamericano, que fue fundado por Mar-shall Meyer. La franja ortodoxa no acepta las conversiones realizadas allí y, en verdad, no acepta ninguna conversión en la Argentina. Es decir que el motivo por el que no se permitió el entierro del bebé es que se descubrió lo que consideran “sangre impura” en la abuela materna de la criatura. En un dramático mail, la pareja afirma que los trataron como “judíos de segunda”.
Las autoridades de la AMIA no permiten el entierro de personas convertidas en los cementerios que administran. Es más, tal como adelantara en su momento este diario, se resolvió la construcción de un área apartada en La Tablada, lo que no fue aceptado por los sectores más progresistas, que igual consideran que se trata de una discriminación, por cuanto las familias tienen el derecho a estar enterradas en el mismo cementerio. Lo asombroso es que esta situación sólo se produce en el área metropolitana. En Santa Fe, por ejemplo, no existe ningún obstáculo para que una persona convertida al judaísmo sea enterrada en el cementerio de la comunidad. Y lo mismo sucede en el resto del interior.
La corriente ortodoxa tampoco admite que las mujeres ejerzan el rabinato, lo que llevó a momentos de fuerte tensión a raíz de un brindis por el año nuevo judío al que fueron invitados por la Presidenta. Como en la delegación se incluyó a la rabina de la comunidad Bet El, la conducción de la AMIA puso el grito en el cielo y no concurrió. En este mismo sentido, el rabino ortodoxo Samuel Levin sostuvo que el rabino progresista Daniel Goldman debía ser condenado a pena de cárcel por apoyar la ley de matrimonio igualitario.
En este contexto de tirantez y con el trasfondo del caso del bebé de Yanina y Pablo, a partir de mañana se definen las negociaciones de cara a la asamblea de la AMIA que se hará el 12 de mayo. Habrá 90 representantes, con lo cual se necesitan 46 para elegir presidente. El Bloque Unido Religioso consiguió 37 representantes; Acción Plural (el sector más progresista y liberal en lo religioso), 32; Frente Comunitario, 18 y la lista Iajad, 3. Estas últimas dos nóminas, supuestamente, tampoco adhieren a la ortodoxia, con lo que en teoría se podría imponer un presidente no ortodoxo. Sin embargo, AMIA para Todos, que integra el Frente Comunitario, de la mano del rabino Sergio Bergman, hace tres años terminó votando por el sector ortodoxo. Aquello fue considerado una especie de traición y hoy se considera que Bergman –cercano al PRO– tiene la llave de al menos cinco votos claves.

viernes, 22 de abril de 2011

Al grito de “nazi judía”

 http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-166771-2011-04-22.html

EL MUNDO › DERECHISTAS HOSTIGARON A INTELECTUALES ISRAELIES JUDIOS PRO ESTADO PALESTINO

El grupo derechista trató de impedir que numerosos intelectuales de mucho prestigio en Israel hicieran un acto a favor de la existencia de un Estado Palestino. La actriz Hana Maron leyó la proclama mientras era insultada.

El escritor Amos Oz y su esposa Nilly participaron del acto a favor de la creación de un Estado Palestino.
Un grupo de ultranacionalistas israelíes boicoteó ayer, en Tel Aviv, la presentación de una declaración en apoyo de la creación de un Estado Palestino. El documento fue firmado por decenas de intelectuales, artistas y académicos israelíes. Simbólicamente, el evento se realizó frente al Hall de la Independencia, en el Bulevar Rothschild, donde David Ben Gurión proclamó en mayo de 1948 el nacimiento del Estado de Israel. El acto transcurrió entre gritos y amenazas de grupos de derecha y sin que la policía lo impidiese, denunciaron los organizadores.
A primera hora de la tarde, decenas de manifestantes se congregaron en el lugar para presentar el documento que pide la creación de un Estado Palestino, en base a las fronteras de 1967. Pero desde el otro extremo de la calle emergieron militantes ultraderechistas que empezaron a increpar a la actriz Hanna Maron mientras intentaba dar un discurso. “Nazi judía”, “traidora”, le gritaban. Como publicó en su versión digital el diario Haaretz, los organizadores intentaron calmar la furia de los sectores ultranacionalistas, recordándoles que Maron perdió la pierna en 1970 en un ataque terrorista. Pero eso no causó efecto. Sin embargo, el profesor de la Universidad de Princeton, Avishai Margalit, no se alarmó y le dijo al diario The Jerusalem Post: “Esa manifestación muestra que hay gente que se opone a nuestro pedido. Este es un Estado democrático. Todos los gritos son legítimos. Esto es la democracia”.
Después de los encontronazos, el ministro de Defensa, Ehud Barak, emitió una declaración en la que llamaba a resolver los enfrentamientos sin usar la palabra traición y sin recurrir a la violencia. “El país está frente a terribles decisiones y todos queremos un Israel seguro y fuerte”, añadió el funcionario. “Llamo a que todos se manifiesten en forma responsable”, completó Barak.
El texto presentado ayer está firmado por 21 ganadores del Premio Israel, el más prestigioso en ese país y que se concede anualmente con el motivo del Día de la Independencia. También adhirieron otros intelectuales y artistas, como la ex ministra Shulamit Aloni o el cineasta Ari Folman. “El pueblo judío surgió en la tierra de Israel, donde se forjó su carácter. El pueblo palestino se está levantando en Palestina, donde su carácter fue forjado. Es el derecho natural de los pueblos judío y palestino ser como el resto de naciones: vivir de forma independiente en su Estado nación”, se afirma en el manifiesto. Además, la declaración resalta que la independencia de ambos Estados los fortalece mutuamente y que constituye una “necesidad moral y existencial así como la base para la posibilidad de unas buenas relaciones de vecindad”.
Sefi Rachlevsky, uno de los organizadores de la manifestación y habitual columnista de Haaretz, advirtió: “Israel, en vez de ser el primero en tenderle la mano y apoyar la independencia palestina, está tratando de impedirla. Eso no es sólo un desastre moral, sino que también traerá aparejada una catástrofe práctica: Israel se va a quedar solo y va a convertirse en una especie de Sudáfrica”.
En un comunicado, la Organización para la Liberación de Palestina afirmó: “Se trata de una valiente iniciativa política que contribuye de forma decisiva a reavivar las esperanzas de paz que los sucesivos gobiernos dispersaron”. Por el contrario, el número dos del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Danny Ayalon, criticó la declaración al considerar que atenta contra las perspectivas de acercamiento. “Iniciativas como ésta tan sólo reducen las posibilidades de una tregua y el establecimiento de un Estado Palestino y crean la falsa esperanza entre los palestinos de que pueden establecer un Estado unilateralmente y sin negociar con Israel”, disparó el segundo del canciller ultraderechista Avigdor Lieberman.
Dos semanas atrás, decenas de ex altos mandos de diferentes organismos de seguridad, académicos y empresarios presentaron un plan de paz basado en la solución de los dos Estados y destinado a acabar con lo que definieron como el “inmovilismo” del actual gobierno del derechista Benjamín Netanyahu. Casualmente ayer, diplomáticos de la administración norteamericana anunciaron que el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro israelí buscarán nuevas iniciativas en las próximas semanas para reactivar las negociaciones de paz.

miércoles, 20 de abril de 2011

“Es un error creer que la religión es un fenómeno destinado a desaparecer”

28/05/10 El gran historiador británico afirma que su presencia se percibe en especial entre los débiles y los pobres. Las implicancias de ese avance en el Islam y sus relaciones con el mundo contemporáneo.
http://www.clarin.com/mundo/medio_oriente/creer-religion-fenomeno-destinado-desaparecer_0_267573283.html
A sus 93 años, Eric Hobsbawm es considerado el mayor historiador vivo y su obra –en especial sus estudios generales como La era del capital y La era de la revolución – son clásicos de la historiografía. Nacido en Egipto pero inglés por adopción, en los años ‘30 perteneció a un influyente grupo de jóvenes intelectuales marxistas no estalinistas y en su carrera nunca dejó de observar con especial atención la evolución de los movimientos obreros. El siguiente es su último ejercicio de análisis del estado actual de la política global.
El nacionalismo fue una fuerza motriz de los siglos XIX y XX. ¿Cuál es su lectura de la situación actual? No hay duda de que, históricamente, el nacionalismo fue, en gran medida, parte del proceso de formación de los Estados modernos, que requerían una forma de legitimación diferente del tradicional Estado teocrático o dinástico. La idea original del nacionalismo fue la creación de Estados grandes y me parece que esta función unificadora y ampliadora fue muy importante. Un caso típico fue la Revolución francesa, donde en 1790 apareció la gente diciendo “ya no somos del delfinado o del sur, todos nosotros somos franceses”. En una etapa posterior, a partir de la década de 1870, encuentras movimientos de grupos dentro del Estado a la búsqueda de sus propios Estados independientes. Esto, desde luego, produjo el wilsoniano momento de la autodeterminación, aunque por fortuna en 1918-1919 se corrigió hasta cierto punto por algo que desde entonces ha desaparecido por completo, es decir, por la protección de las minorías. Se reconoció que ninguno de estos nuevos Estados–nación era, de hecho, étnica o lingüísticamente homogéneo. Pero, después de la Segunda Guerra Mundial, la debilidad de los acuerdos existentes fue abordada no sólo por los rojos, sino por todo el mundo, con la deliberada y forzosa creación de la hegemonía étnica. Esto trajo una enorme cantidad de sufrimiento y crueldad y, a largo plazo, tampoco funcionó. Sin embargo, hasta ese período, ese nacionalismo de tipo separatista operaba razonablemente bien. Se vio reforzado después de la Segunda Guerra Mundial por la descolonización, que por su naturaleza creó más Estados; y fue reafirmado aún más a finales del siglo por el colapso del imperio soviético, que también creó nuevos mini–Estados separados, incluidos muchos que, como en las colonias, realmente no habían querido separarse y para los cuales la independencia vino impuesta por la fuerza de la historia. Creo, por otro lado, que la función de los Estados pequeños, separatistas, que se han multiplicado tremendamente desde 1945, ha cambiado. Una razón de ello es que ahora se los reconoce como existentes. Antes de la Segunda Guerra Mundial, mini–Estados como Andorra, Luxemburgo y todos los demás no estaban reconocidos como parte del sistema internacional, excepto por los coleccionistas de sellos. La idea de que todas las unidades políticas existentes, hasta llegar a la Ciudad del Vaticano, son ahora un Estado y potencialmente un miembro de Naciones Unidas es nueva. También está bastante claro que, en términos de poder, estos Estados no son capaces de desempeñar el papel de los Estados tradicionales, no poseen capacidad para hacer la guerra a otros Estados. Se han convertido, como mucho, en paraísos fiscales o bases secundarias para decisores transnacionales. Islandia es un buen ejemplo; Escocia no está muy lejos. La base del nacionalismo ya no es la función histórica de crear una nación como un Estado–nación. Ya no es, por así decir, un eslogan demasiado convincente. En otro momento pudo ser eficaz como medio para crear comunidades y organizarlas contra otras unidades políticas o económicas, pero hoy el elemento xenófobo en el nacionalismo es cada vez más importante. Las causas de la xenofobia son ahora mucho mayores de lo que lo eran antes. Es cultural más que política –ahí está el auge del nacionalismo inglés o escocés de los últimos años–, pero no por eso menos peligrosa.
¿No incluía el fascismo esas formas de xenofobia? En cierto sentido, el fascismo era todavía parte de una corriente para crear grandes naciones. No hay duda de que el fascismo italiano fue un gran salto adelante para convertir a los calabreses y umbrienses en italianos; e incluso en Alemania no lo fue hasta 1934 cuando los alemanes pudieron ser definidos como alemanes y no como germanos porque eran suevos, francos o sajones. Ciertamente, el fascismo alemán y el de Europa Central y del Este estaban apasionadamente en contra de los extranjeros –principalmente, pero no sólo–, contra los judíos. Y, por supuesto, el fascismo proporcionaba pocas garantías contra los instintos xenófobos. Una de las enormes ventajas de los viejos movimientos obreros era que ellos sí proporcionaban esa garantía. Esto quedó claro en Sudáfrica: si no llega a ser por el compromiso con la igualdad y la no discriminación de las organizaciones de la izquierda tradicional, la tentación de venganza sobre los afrikaners hubiera sido mucho más difícil de resistir.
¿Las dinámicas separatistas y xenófobas del nacionalismo operan ahora en los márgenes de la política mundial más que en el centro? Sí, creo que es probable que eso sea cierto, aunque hay áreas como el sureste de Europa donde ha hecho una gran cantidad de daño. Desde luego, todavía el nacionalismo –o el patriotismo o la identificación con un pueblo específico, no necesariamente definido étnicamente– es un enorme activo para otorgar legitimidad a los gobiernos. Éste es el caso de China. Uno de los problemas de India es que ellos no tienen nada parecido a eso. Obviamente, Estados Unidos no puede basarse en la unidad étnica, pero sin duda tiene fuertes sentimientos nacionalistas. En muchos de los Estados que funcionan correctamente esos sentimientos permanecen. Ésta es la razón por la que la emigración masiva crea más problemas en la actualidad.
Ahora que llega tanta gente nueva a Europa y a Estados Unidos, ¿cómo prevé el funcionamiento de las dinámicas sociales de la inmigración contemporánea? ¿Habrá un crisol europeo similar al estadounidense? Pero en Estados Unidos el crisol dejó de serlo ya en los años sesenta. Además, a finales del siglo XX, la migración es muy diferente de la de periodos anteriores, principalmente porque emigrando ya no se rompen los lazos con el pasado hasta el mismo punto que antes. Puedes seguir viviendo en dos, posiblemente incluso en tres mundos al mismo tiempo, e identificarte con dos o tres lugares diferentes. Puedes seguir siendo guatemalteco mientras estás en Estados Unidos. También hay situaciones, como en la UE, donde de facto la inmigración no crea la posibilidad de asimilación. Un polaco que llega al Reino Unidos no se supone que sea otra cosa que un polaco que viene a trabajar. Esto es, desde luego, nuevo y por completo diferente de la experiencia, por ejemplo, de la gente de mi generación –la de los emigrados políticos, aunque yo no fuera uno de ellos–, en la que tu familia era británica, pero culturalmente uno nunca dejaba de ser austríaco o alemán, y sin embargo, a pesar de todo, uno pensaba que debía ser inglés. Incluso cuando regresaban a sus países, no era lo mismo, el centro de gravedad había cambiado. Creo que es esencial mantener las reglas básicas de la asimilación; que los ciudadanos de un determinado país deberían comportarse de determinada manera y tener determinados derechos, que éstos deberían definirlos y que ello no debería quedar debilitado por argumentos multiculturales. Francia, a pesar de todo, había integrado a tantos de sus inmigrantes extranjeros como Estados Unidos, en términos relativos, y ciertamente la relación entre los locales y los antiguos inmigrantes es aún mejor ahí. Esto se debe a que los valores de la República francesa siguen siendo esencialmente igualitarios.
Hoy crece la opinión de que la religión ha regresado como una fuerza poderosa en un continente tras otro. ¿Cree que éste es un fenómeno de superficie más que de profundidad? Es claro que la religión –como la ritualización de la vida, la creencia en la influencia de espíritus o entidades no materiales y, sobre todo, como un vínculo de unión de las comunidades– está tan extendida a lo largo de la historia que sería un error considerarla un fenómeno superficial o destinado a desaparecer; al menos entre los pobres y los débiles, que probablemente necesiten más sus consuelos y sus potenciales explicaciones de por qué las cosas son como son. Hay sistemas de gobierno, como el chino, que, a efectos prácticos, carecen de cualquier cosa que equivalga a lo que nosotros consideraríamos como religión. Ellos demuestran que eso es posible, pero creo que uno de los errores de los movimientos socialistas y comunistas tradicionales fue intentar extirpar violentamente la religión en tiempos donde podría haber sido mejor no hacerlo. Después de la caída de Mussolini en Italia, uno de los cambios más interesantes llegó cuando Togliatti dejó de discriminar a los católicos practicantes: hizo bien en hacerlo. De otra manera no hubiera logrado que el 14 por ciento de las amas de casa votasen a los comunistas en los años cuarenta. Esto cambió el carácter del Partido Comunista Italiano, que pasó de ser un partido leninista de vanguardia a un partido de clases de masas o un partido popular. Por otra parte, es cierto que la religión ha dejado de ser el lenguaje universal del discurso público y, en esa medida, la secularización ha sido un fenómeno global, aun cuando sólo haya debilitado a la religión organizada en algunas partes del mundo. En Europa todavía sigue haciéndolo; por qué no ha ocurrido esto en Estados Unidos no está tan claro, pero no hay duda de que la secularización se ha impuesto en gran medida entre los intelectuales y otros que no la necesitan. Para la gente que continúa siendo religiosa, el hecho de que ahora haya dos lenguajes para el discurso produce una cierta clase de esquizofrenia que se puede ver bastante a menudo, por ejemplo, en los judíos fundamentalistas de Cisjordania: creen en lo que son tonterías patentes, pero trabajan como expertos en tecnologías de la información. El actual movimiento islámico está compuesto en gran parte por jóvenes tecnólogos y técnicos de esta clase. Las prácticas religiosas, sin duda, cambiarán sustancialmente. El que ello vaya a producir una mayor secularización no está claro. Desde luego, el declive de las ideologías de la Ilustración ha dejado mucho más espacio para las políticas religiosas y para versiones religiosas del nacionalismo, pero no creo que haya habido un gran avance de todas las religiones. Muchas van cuesta abajo. El catolicismo romano está luchando con mucha energía, incluso en América Latina, contra el auge de las sectas protestantes evangélicas, y estoy seguro de que se mantiene en Africa sólo por las concesiones a las costumbres y hábitos locales. Las sectas protestantes evangélicas están creciendo, pero no está claro hasta qué punto son algo más que una pequeña minoría de los sectores socialmente en ascenso, como fueron los inconformistas en Inglaterra. Tampoco está claro que el fundamentalismo judío, que hace tanto daño en Israel, sea un fenómeno de masas. La única excepción a esta tendencia es el Islam, que ha continuado expandiéndose sin que haya habido ninguna actividad misionera efectiva durante los siglos pasados. Dentro del Islam no está claro si tendencias como el actual movimiento para restaurar el califato representan algo más que a una minoría militante. De cualquier forma, me parece que el Islam tiene grandes activos que le permitirán continuar creciendo, principalmente porque da a la gente pobre la sensación de que son tan buenos como cualquiera y de que todos los musulmanes son iguales.
¿No se podría decir lo mismo del Cristianismo? Pero un cristiano no cree que él sea tan bueno como cualquier otro cristiano. Dudo que los cristianos negros crean que ellos son tan buenos como los colonizadores cristianos, mientras que los musulmanes negros sí lo creen. La estructura del Islam es más igualitaria y el elemento militante es más fuerte. Recuerdo haber leído que los comerciantes de esclavos en Brasil dejaron de importar esclavos musulmanes porque se rebelaban continuamente. Desde nuestra posición, este atractivo tiene considerables peligros: en alguna medida, el Islam hace a los pobres menos receptivos a otros llamamientos a favor de la igualdad. En el mundo musulmán, los progresistas sabían desde el principio que no había manera de alejar a las masas del Islam; incluso en Turquía tuvieron que llegar a alguna clase de modus vivendi , probablemente el único lugar donde esto se produjo de manera satisfactoria. En otros sitios, el auge de la religión como un elemento de la política, de la política nacionalista, ha sido en extremo peligroso.
La ciencia era parte central de la cultura de la izquierda antes de la Segunda Guerra Mundial, pero luego desapareció como elemento dirigente del pensamiento marxista o socialista. ¿Cree que los temas ambientales pueden provocar la reincorporación de la ciencia a la política radical? Estoy seguro de que los movimientos radicales estarán interesados por la ciencia. Las preocupaciones ambientales y de otro tipo producen sólidas razones para contrarrestar la huida de la ciencia y de la aproximación racional a los problemas que se generalizó bastante durante los años setenta y ochenta. Pero, con respecto a los propios científicos, no creo que suceda. A diferencia de los científicos sociales, no hay nada que una a los científicos naturales con la política. Históricamente hablando, en la mayoría de los casos han permanecido apolíticos o tenían los estándares políticos de su respectiva clase. Hay excepciones, por ejemplo, entre la juventud a principios del siglo XIX en Francia y muy notablemente en las décadas de los años treinta y cuarenta. Pero éstos son casos especiales debidos al reconocimiento de los propios científicos de que su trabajo estaba siendo cada vez más esencial para la sociedad, pero que la sociedad no se daba cuenta. En el siglo XX la física fue el centro del desarrollo, mientras que en el siglo XXI lo es la biología. Al estar más cerca de la vida humana puede haber un elemento de politización mayor, pero ciertamente hay un factor que lo contrarresta: cada vez más los científicos han sido integrados en el sistema capitalista, tanto los individuos como las organizaciones. Hace cuarenta años hubiera resultado impensable hablar de patentar un gen. Hoy uno patenta un gen con la esperanza de hacerse millonario, y eso ha alejado a un nutrido grupo de científicos de la política de izquierda. Lo único que todavía puede politizarlos es la lucha contra gobiernos dictatoriales o autoritarios que interfieran en su trabajo. Desde luego, el medio ambiente es un tema que puede mantener movilizado a un cierto número de científicos. Si hay un desarrollo masivo de campañas alrededor del cambio climático, entonces los expertos se encontrarán comprometidos, principalmente contra ignorantes y reaccionarios. Por eso no está todo perdido.
Si debiera escoger temas o campos aún sin explorar que presenten desafíos para futuros historiadores, ¿cuáles elegiría? El gran problema es uno muy general. En virtud de los estándares paleontológicos, la especie humana ha transformado su existencia a una velocidad asombrosa, pero el grado de cambio ha variado enormemente. Algunas veces se ha movido muy despacio, algunas veces muy deprisa, algunas de manera controlada, otras no. Claramente, esto implica un creciente control sobre la naturaleza, pero no deberíamos afirmar que sabemos adónde nos conduce. Los marxistas se han centrado correctamente sobre los cambios en el modo de producción y sus relaciones sociales como los generadores del cambio histórico. Sin embargo, si pensamos en términos de cómo “los hombres hacen su propia historia”, la gran pregunta es ésta: históricamente, las comunidades y los sistemas sociales han apuntado hacia la estabilización y la reproducción, creando mecanismos capaces de mantener a raya saltos perturbadores hacia lo desconocido. La resistencia contra la imposición del cambio desde afuera es todavía un factor importante de la política mundial actual. ¿Cómo, entonces, unos seres humanos y unas sociedades estructuradas para resistir el desarrollo dinámico aceptan un modo de producción cuya esencia es su interminable e impredecible desarrollo dinámico? Los historiadores marxistas podrían investigar con provecho el funcionamiento de esta contradicción básica entre los mecanismos que traen el cambio y los preparados para resistirlo.

Lecciones temerarias sobre Libia

http://www.clarin.com/opinion/Lecciones-temerarias-Libia_0_461953893.html

13/04/11 Una de las consecuencias más contraproducentes que se podría derivar de la intervención militar de la OTAN es la idea de que proliferar en materia nuclear puede ser más racional que no hacerlo para enfrentar una potencial agresión.

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La guerra contra Libia, lanzada por la OTAN con el aval de la ONU y el beneplácito de la Liga Árabe, ofrece varias lecciones sobre el futuro del uso de la fuerza , sobre los ataques preventivos, la seguridad ciudadana, la acción punitiva y el principio de no intervención. También ilustra sobre la injerencia humanitaria, la ética internacional, la credibilidad de Occidente y sobre la forma como se otorga el Premio Nobel de Paz, además de que habla de la geopolítica de los recursos estratégicos, del valor de la diplomacia, de la legitimidad de las instituciones regionales y mundiales y de las guerras civiles pos-11 de septiembre, entre otros temas.
En esa dirección, una de las consecuencias más graves que se podrían derivar del caso libio sería concluir que proliferar en materia nuclear es más racional que no hacerlo. Para comprender mejor este argumento hay que remontarse a los efectos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. A partir de ese día la política de defensa y seguridad de Washington adquirió contornos más ofensivos y agresivos. Estados Unidos continuó respaldando la no proliferación , esto es; la preservación, el aumento y la intensificación de los controles globales sobre los materiales y las tecnologías que pudieran servir, directa o indirectamente, a la fabricación y el despliegue de armas nucleares.
Sin embargo, incrementó, más que cualquier otro actor internacional, la contra-proliferación , esto es; el conjunto de medidas diplomáticas, militares y de inteligencia orientada a neutralizar y combatir frontalmente programas activos o potenciales destinados a producir u obtener armas de destrucción masiva.
En ese contexto se debe ubicar la identificación y el asedio sobre lo que se llamó el “eje del mal”. En enero de 2002, en el marco del discurso sobre el “estado de la unión”, el presidente George W. Bush acusó a Irán, Irak y Corea del Norte de apoyar el terrorismo transnacional y de procurar armas de destrucción masiva. En mayo de ese año, el entonces Subsecretario de Estado para el Control de Armas y la Seguridad Internacional, John Bolton agregó a Cuba, Siria y Libia a ese eje maléfico.
Desde entonces, los hechos muestran que la tentación por proliferar puede ser la mejor alternativa para algunos estados . Por ejemplo, a pesar de no disponer de armamento nuclear, Cuba sigue siendo objeto de un bloqueo por parte de Estados Unidos e independiente de la administración de turno.
En 2003, y sin ninguna evidencia respecto de su presunto arsenal de armamento nuclear, Irak fue invadido y ocupado. En 2007, la Casa Blanca y la CIA confirmaron que Israel había llevado a cabo la “Operation Orchard” consistente en el bombardeo de un sitio en el cual presuntamente se estaba construyendo un reactor nuclear . Para 2010 tenía certeza de que Corea del Norte ya poseía al menos dos cabezas nucleares y contaba con la necesaria capacidad misilística de lanzamiento.
En 2011 persiste un impasse internacional respecto al programa nuclear de Irán; programa que se presume, según informes de inteligencia estadounidenses, que en cinco años podría culminar en la construcción de un arma nuclear.
Después del ataque a Irak, el gobierno de Muammar Kadafi anunció en diciembre de 2003 la decisión de renunciar a su iniciativa nuclear, de abandonar su proyecto misilístico y de desmantelar su arsenal de armas químicas. Durante unos años, Occidente presentó el caso libio como un positivo ejemplo a imitar por parte de Irán y Corea del Norte: desarmar y eliminar programas nucleares con fines militares terminaba con el aislamiento y el ostracismo , facilitaba la reanudación de negocios e intercambios y le devolvía prestigio y reconocimiento a nivel regional y mundial.
El reciente ataque aéreo a Libia deja una lección bien distinta para muchos países. Parecería que perder el factor disuasivo que significa contar con un plan nuclear y tener la voluntad de sostenerlo facilita, antes que dificulta, el uso de la fuerza por parte de otros estados, próximos o distantes. Cualquier abandono de la ambición nuclear sería la antesala a ser percibido como débil y vulnerable.
No proliferar no paga ; por el contrario, generaría nuevos costos derivados del comportamiento militar de los que supuestamente debieran estar más satisfechos por que se eliminó la amenaza.
En breve, es altamente posible que varias naciones con capacidad nuclear pacífica miren ahora a Irán y Corea del Norte y concluyan que proliferar desde la periferia es la mejor opción para afrontar una potencial agresión.

Un gran rompecabezas que se desarma


Veintitrés Internacional
Cambios en el statu quo mundial. Las reacciones de los gobiernos de Rusia y China en contra de la intervención de la comunidad internacional en Libia. La teoría conspirativa de Fidel Castro y las sanciones de Naciones Unidas y la Unión Europea. Además, cómo será la Libia post Khadafi.
Por Luis Dallanegra Pedraza*

Desde hace más de un mes, el mundo árabe es noticia en todo el planeta. Se están jugando procesos que tendrán consecuencias para la estructura mundial en los próximos años. Resulta importante considerar en cuánto peligra el statu quo regional y mundial frente a estos hechos.

Cada sector está en lo suyo: la gente piensa en hambre, miseria, desempleo, pobreza, opresión y represión, dignidad humana; los gobiernos árabes, en su poder y estabilidad, y las grandes potencias, en sus intereses económicos y de seguridad y en el equilibrio estratégico internacional.

Muchos analistas afirman que se está ante un giro histórico e imprevisto. Lo importante es cuál es el nivel de trascendencia, no de los acontecimientos, sino del fenómeno y hacia dónde se dirige. ¿Estamos ante un cambio de paradigma o se trata de acontecimientos importantes pero sin cambios radicales?

Para tratar de comprender la situación, habría que tener en cuenta: 1) las causas de las rebeliones; 2) el futuro del mundo árabe; y 3) las consecuencias para Estados Unidos, la Unión Europea y China, en el equilibrio estratégico de la región, incluyendo la problemática del conflicto Israel-Palestina.

En cuanto a las características de la región, hay que considerar que en el Medio Oriente, así como en el Magreb –norte de Africa–, los Estados son “premodernos” tanto en su desarrollo económico como en su configuración sociopolítica. En algunos países, los clanes y las tribus aún predominan.

Frente a los acontecimientos y sus causas probables, me planteo dos hipótesis básicas:

1) El pueblo está harto de los déspotas que tratan a sus naciones como feudos personales y los ingresos petroleros como dinero de su dinastía. Las protestas son masivas, nacionales y simultáneas, pero no tienen que ver con el panarabismo o el panislamismo. Tampoco son antioccidentales. Lo único que comparten son las razones: corrupción, falta de transparencia, autoritarismo, pobreza, desempleo, hambre.

2) El gobierno de Estados Unidos, junto a algunos aliados europeos, tiene un plan de debilitamiento de los gobiernos y busca la división de esos países con el objeto de tener justificativos para intervenirlos y controlarlos, por motivos estratégicos de seguridad y, especialmente, por el petróleo.

LAS REVUELTAS. En lo que hace a la primera hipótesis, las revueltas se inician en Túnez y la chispa fue la inmolación del joven tunecino Mohamed Buazizi. El objeto de la protesta fue ajeno a la realidad sociopolítica y económica del país, y el resultado fue que decenas de miles de personas terminaron derrocando al presidente Zine el-Abidine Ben Ali que gobernó durante 20 años, y también al primer ministro Mohamed Ghanuchi que lo reemplazó ya que, señalaban, tenía vínculos con el régimen anterior, por lo que terminó nombrando primer ministro a Beji Caid Essebsi, canciller entre 1980 y 1986, en el gobierno de Habib Bourguiba. Las nuevas autoridades anunciaron la legalización del movimiento islamista Hezb Ennahda o “Partido de la Resistencia”, luego de 30 años de inhabilitación.

El efecto de estas protestas se vio reflejado en la explosión de masas en Egipto que, tras dejar en las calles más de cuatrocientos civiles muertos, derrocó a Hosni Mubarak y abrió la transición a un espacio político distinto, aunque momentáneamente hay una provisional Junta Militar de Gobierno. Las autoridades judiciales congelaron el patrimonio del ex presidente Mubarak y su familia y les prohíben viajar.

Los acontecimientos sucedidos se desparramaron a otros países de la región: Yemen, Jordania, Sudán, Argelia, Omán, Libia.

En Yemen el pueblo plantea la necesidad de un régimen nuevo. El presidente Ali Abdullah Saleh está hace treinta y dos años y fue aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaeda. Perdió el apoyo de dos poderosos líderes tribales, pertenecientes a la tribu Hashid –la misma del presidente–, lo que fue interpretado como un fracaso de la estrategia del gobierno de explotar las rivalidades entre tribus para conservar el poder. Como una forma de resolver el conflicto generado por las manifestaciones, el presidente invitó a los opositores a integrar un gobierno de unidad nacional, pero los líderes opositores rechazaron la propuesta porque no refleja las actuales circunstancias en Yemen.

En Bahrein, la gente pide una monarquía constitucional, con un Parlamento que los represente y defienda sus derechos. La causa de las revueltas tiene que ver con que musulmanes chiitas, a los que corresponde el setenta y cinco porciento de la población, exigen mayores derechos en el país gobernado por los sunnitas bajo el rey Hamad Ben Isa al-Khalifa. Para Estados Unidos, Bahrein es central por ser la sede de la V Flota que patrulla el Golfo Pérsico, de donde se extrae gran parte del petróleo que se consume en el mundo y además podría provocar un efecto contagio al haber minorías chiitas en los Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita.

En Libia la crisis social y política encontró una situación propicia a partir de las contradicciones internas entre las tribus que conforman el componente histórico de esa nación. El gobierno de Khadafi ha tenido en los últimos diez años una “occidentalización” que, a juicio de sectores avanzados, lo ha ido apartando del proyecto revolucionario original y ello ha generado conflictos. La revuelta, según el hijo de Khadafi, Saif Al Islam, es obra de milicianos islamistas y conspiradores extranjeros.

En el este del país, ciudades clave como Tobruk y Bengasi, entre otras, están bajo el control de comités y asambleas populares, creados por las propias masas en lucha, con abogados, académicos y jueces, que no están asociados con el régimen. El ex ministro de Justicia Mustafa Abdel-Jalil, que actualmente está trabajando con la oposición, comentó que en Bengasi se ha puesto en marcha la formación de un gobierno de transición, que convocaría a elecciones dentro de tres meses. Varias ciudades del oeste del país están también bajo control de comités populares. Las fuerzas armadas están divididas.

El papel de las fuerzas armadas en lo que sucedió en Túnez y Egipto ha sido importante, ya que les quitaron el apoyo a los dictadores, y a estos no les quedó más opción que irse. En Libia, las fuerzas armadas se fragmentaron y algunas unidades y los mercenarios de Khadafi se mostraron dispuestos a liquidar a sus opositores, mientras que otros uniformados están luchando al lado del pueblo. Si hubiera habido unidad en las fuerzas armadas, o Khadafi controlaba nuevamente el país o el ejército hubiera acelerado el proceso hacia el lado del pueblo.

LAS CAUSAS. Entre las causas de las rebeliones, hay que destacar que la catástrofe social, con todo lo que implica una crisis económica prolongada, incluyendo una alta tasa de desempleo y de escasez de alimentos, es el común denominador visible de las revueltas.

Las revueltas populares en Túnez y Egipto sobre un fondo de opresión, hambre y desocupación, que algunos han calificado de “revolución”, se mueven dentro de un marco estrecho, porque a pesar de su masividad, el poder de decisión lo siguen teniendo las elites dominantes con el respaldo de las fuerzas armadas y con el apoyo explícito de las grandes potencias encabezadas por Estados Unidos, que se ha pronunciado por una “transición ordenada”, dando lugar al gatopardismo (que todo cambie para que nada cambie).

Para Estados Unidos, de la misma manera que para sus aliados económicos y políticos de Europa y Japón, la efervescencia social del mundo árabe le exige replantearse su concepción geopolítica, puesto que, de radicalizarse, sus intereses e influencia en las naciones árabes serían seriamente afectados, quedándole sólo Israel como apoyo en la región.

No hay en los levantamientos populares árabes asomo de socialismo ni de islamismo ni tampoco de influencia europea por establecer sistemas políticos afines. Se trata de una revuelta económica de contenido nacionalista y anticolonial. Los que están generando estos movimientos están diciendo que no quieren dictaduras, sino libertad, justicia y dignidad, y esto no tiene nada que ver con el islamismo. Lo que se puede inferir es que los musulmanes quieren los mismos valores que tienen otros en el mundo.

Tariq Ramadan, especialista en el mundo árabe de la Universidad de Oxford, dice que habría que dejar de lado la visión binaria que tienen los occidentales sobre el mundo musulmán, como si sólo tuviera por un lado a los radicales islámicos y por el otro a los dictadores –a los que en muchos casos han sostenido en beneficio de sus intereses estratégicos–. Las protestas no son religiosas. La gente que participa lo es. Son cristianos o musulmanes, pero no piden una teocracia, sino libertad, democracia y un régimen transparente.

La fortaleza de estos movimientos radica en su heterogeneidad porque nadie puede controlarlos, a la vez que también es su debilidad, porque no tienen liderazgos.

Lo que debe entender el mundo occidental es que su modelo de democracia no puede ser impuesto. Las grandes potencias, particularmente Estados Unidos y los países de Europa occidental, se encuentran preocupadas por la democracia y los derechos humanos ahora, mientras mantuvieron el silencio durante décadas.

Hay que dejar que la gente vaya encontrando su propio modelo que les permita alcanzar transparencia, responsabilidad, justicia social, un voto por persona, separación de poderes, tal como lo piden en las manifestaciones. Los modelos dependen de cada sociedad y no deben ser impuestos.

¿UNA CONSPIRACION? Respecto de la segunda hipótesis, según la legisladora y periodista de Bahrein Samira Rajab, los disturbios y las revueltas en los países árabes son la realización de un proyecto de Estados Unidos, conocido como “Nuevo Oriente Próximo”. Su primera fase fue Irak, luego siguió el Líbano y desde 2011 comienza una nueva etapa, cuya realización llevará al menos un decenio. Para ella, Estados Unidos planea debilitar a los países árabes, crear allí un ambiente de constante tensión, con el fin de tener pretexto para inmiscuirse.

Fidel Castro opina que la política de saqueo impuesta por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Medio Oriente entró en crisis. Se desató con el alto costo de los cereales, cuyos efectos se hacen sentir con más fuerza en los países árabes donde, a pesar de sus enormes recursos petroleros, la escasez de agua, las áreas desérticas y la pobreza generalizada contrastan con los enormes recursos derivados del petróleo que poseen los sectores privilegiados. Los medios masivos del imperio han preparado el terreno para actuar.

Carlos Fonseca Terán, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, considera que a Estados Unidos poco le importa sustituir a un gobierno adepto por otro en Túnez y Egipto, si esto le da la posibilidad de sustituir también un régimen revolucionario por un gobierno servil en Libia o posiblemente en Siria.

Muammar Khadafi culpa a fuerzas extranjeras de las revueltas que hay en Libia. Afirma que todo el poder en el país está en manos del pueblo, que el sistema de Libia es un sistema de autoridad de la gente, de las asambleas populares y comités del pueblo, no un sistema de presidencia, gobierno, partido político o de clase.

CONSECUENCIAS. Respecto de las consecuencias, estas movilizaciones han hecho que los intelectuales en Arabia Saudita, preocupados por lo ocurrido en Túnez y Egipto, consideren importante que se efectúen reformas políticas, económicas y sociales, antes que la situación se agrave en el reino. Reclamaron la instalación de una monarquía constitucional, la separación de poderes y la adopción de una Constitución. También la elección del sufragio universal del Majlis al Shura, o Consejo Legislativo, así como el derecho de voto y la elegibilidad para las mujeres. Solicitan la adopción de medidas que permitan dar, a las mujeres, derecho al trabajo, a la educación, a la propiedad y participación en la vida pública y prohibir toda discriminación confesional, tribal, regionalista o racial.

REACCION DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL. La comunidad internacional ya ha comenzado a reaccionar, pero en forma dividida. Se trata de una respuesta diferenciada dependiendo de los países, lo que lleva a preguntarse si se está usando un doble estándar en la región.

Desde el punto de vista de Estados Unidos y Europa occidental, “comunidad internacional” significa esa elite de países, particularmente los del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU o los miembros de la OTAN, que toman decisiones por sobre el resto, no la Asamblea General (AG) de la ONU donde están representados todos los Estados.

El CS de la ONU votó el 26 de febrero de este año, por unanimidad, la imposición de sanciones al gobierno de Muammar Khadafi, motivado por el tema de los derechos humanos. Se incluye la prohibición de viajar al extranjero y la congelación de los bienes de la familia Khadafi. Decidió elevar a la Corte Penal Internacional (CPI) acusaciones por los presuntos abusos en el país desde que comenzaron las protestas y acordó imponer un embargo absoluto a la venta de armas.

Considerar el tema de la no intervención en los asuntos internos de los Estados, que muchos plantean, para dejar en manos de la sociedad civil árabe la solución de sus propios problemas, frente a la protección de los derechos humanos, toda vez que la población está siendo no sólo reprimida, sino masacrada, deriva en la necesidad de privilegiar uno de los dos principios: la protección de los derechos humanos está por encima de la no intervención.

En Rusia, gobierno y académicos no están de acuerdo con la intervención en los asuntos internos de Libia. Consideran que la resolución del CS de la ONU contra Khadafi y su séquito es suficiente reacción de la comunidad mundial, pero no debe haber intromisión militar extranjera.

El gobierno de China plantea que se deben respetar la soberanía y la integridad territorial del país, y se debe buscar una solución pacífica a la crisis, mediante diálogo entre todas las partes implicadas. Hay treinta y cinco mil chinos, entre gerentes, técnicos y trabajadores, que construyen industrias e infraestructura a cambio de petróleo y otras materias primas. Una intervención militar de Estados Unidos y la OTAN en Libia podría derribar todo el marco de las relaciones económicas que el mundo tiene con este país y abrir el camino a las multinacionales con base en Estados Unidos, por lo tanto, este país podría controlar las fuentes de energía de las que depende en gran parte Europa y que también proveen a China.

Una propuesta alternativa, apoyada por la Liga Árabe, para evitar la posible “militarización” de Libia y la región por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, es la de Hugo Chávez, que sugiere crear una “comisión humanitaria internacional” con representantes de América latina y Europa, para dialogar con el gobierno y la oposición. Estados Unidos y los países europeos que intentan regularizar la situación en Libia mediante una intervención militar, no deben ser incluidos en esa comisión. Khadafi pidió el envío de una misión investigadora de la ONU o de la Organización para la Unidad Africana (OUA) a Libia.

Las 27 naciones que conforman la UE consensuaron un paquete de sanciones contra Libia, que incluye un embargo total de armas y la congelación de bienes de Khadafi en territorio europeo. Las sanciones incluyen la prohibición a Khadafi y su familia de viajar a cualquier país de la UE. Habría que indicar que buena parte de las armas que se utilizan para reprimir a las multitudes en Bahrein y Libia llevan la marca “made in Great Britain”.

La Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, envió un equipo de observación a Libia, para conseguir información, previa a la reunión del Consejo Europeo Extraordinario.

El 26 de febrero de 2011 Barack Obama pidió la inmediata renuncia y salida del país del líder libio y rechazó el envío de una comisión internacional propuesta por Chávez. Firmó una orden ejecutiva congelando los activos de Khadafi, miembros de su familia y altos funcionarios y anunció que confiscaba las propiedades del gobierno libio en Estados Unidos. Según declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Clinton, la “comunidad internacional” debe elaborar una respuesta “humanitaria”, a la par que “política” a la crisis libia. Las medidas contemplan crear una zona de exclusión aérea, para evitar que el gobierno de Khadafi ataque a los manifestantes.

Israel está quedando aislado en una región inestable. El periodista israelí Gideon Levy escribió en Haaretz diciendo que el Oriente Medio no necesita estabilidad, en referencia a que, de hecho, es sinónimo de pobreza, desigualdad e injusticia y eso es un fermento muy grande para las revueltas.
Egipto durante el gobierno de Mubarak fue importante para salvaguardar la paz con Israel, mantener abierto el Canal de Suez, y apoyar los intereses de Estados Unidos en la región. El temor del gobierno norteamericano es que nuevos gobiernos en la región no contemplen sus prioridades e intereses, a la vez que si los procesos de cambio se estancan, también se perjudican. Si las nuevas fuerzas que surjan son nacionalistas, el establecimiento de la paz árabe-israelí puede sufrir contratiempos. Por su parte, Elliott Abrams, del Consejo de Relaciones Exteriores, opina que la esperanza sería que un nuevo gobierno permita un debate en Egipto, por primera vez, sobre las relaciones con Israel y que ese debate contemple la perspectiva de todos, incluyendo la de los Hermanos Musulmanes y resulte en que no quieren la guerra con Israel, lo que sería un gran avance para la paz en la región.

UNA LIBIA POST KHADAFI. Pensar en una Libia post Khadafi no es sencillo. Khadafi creó un sistema de gobierno tan personal que prácticamente no dejó espacio más allá de él, su familia y la reducida elite gobernante, compuesta por miembros de la tribu de Khadafi: Qadhadhfa. A diferencia de Túnez o Egipto, las fuerzas que podrían haber coadyuvado a suavizar el proceso de transición, como los partidos políticos, los sindicatos, los grupos de oposición o las organizaciones de la sociedad civil, no existen en Libia.

Los escenarios posibles son: 1) un país dividido en una parte oriental y otra occidental; 2) una situación de total anarquía, similar a la que vive Somalia desde hace años; 3) una república reformada.

No existe una fuerza unificadora o una personalidad que pueda dar el paso adelante y asumir el gobierno, lo que plantea el riesgo de un gran vacío de poder. Hay varios actores como los líderes tribales que buscan tomar control de sus propias áreas, pero dada su historia de antagonismos las posibilidades de acuerdo son lejanas.

Un Estado colapsado en Libia tendría graves implicaciones para Europa en particular con temas como el suministro de petróleo y la inmigración ilegal. Para los europeos, la mejor apuesta, en caso de que Khadafi caiga, sería acercarse a esas fuerzas que son capaces de administrar una transición y ofrecerles apoyo y asistencia en la construcción del Estado en el largo plazo. Eso ya lo está haciendo el gobierno británico.

*Doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de Rosario, Argentina). Director del Centro de Estudios Internacionales Argentinos (CEINAR) y de la Revista Argentina de Relaciones Internacionales, 1977-1981. Director de Doctorado en Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario, 2002-2005. Profesor y Evaluador en Cursos de Grado, Postgrado y Doctorado en el país y en el exterior. Investigador Científico del Conicet.

Lo viejo de las nuevas revoluciones por Fernando Savater

19/04/11
PorFernando Savater FILOSOFO ESPAÑOL
http://www.clarin.com/opinion/viejo-nuevas-revoluciones_0_465553554.html

Aún convalecientes de WikiLeaks, que según sus beatos ha derrotado al Gran Hermano -el de Orwell, no el de la tele, que es invencible- y ha transformado radicalmente la relación entre gobernantes y gobernados, nos llega otra abrumadora buena nueva: las revoluciones que se extienden como el tópico reguero de pólvora por los países africanos son producto de las redes sociales de Internet. ¡Aleluya! A ver quien se atreve a blasfemar ahora contra la nueva religión … Es obvio que esta apresurada maravilla, considerada más de cerca, tropieza con algunas dificultades prácticas. Principalmente, la escasa implantación efectiva de Internet en la mayoría de los países sublevados . Pero podemos pasarla por alto, porque está históricamente comprobado que basta la difusión de las ideas entre la élite para que acaben teniendo efectos multitudinarios: los panfletos de ilustrados enciclopedistas fueron influyentes en la Revolución Francesa, pese a que la mayoría de la población era analfabeta y sólo el treinta por ciento hablaba como primera lengua francés … En todas las situaciones revolucionarias, la tecnología que favorece la comunicación social es importante y los rebeldes siempre se las arreglan para hacer buen uso de ella. Movilizar y coordinar exige difundir consignas, para lo cual son imprescindibles los medios de comunicación. Pero son eso, medios, no protagonistas de la rebelión o sustitutos de los propios rebeldes. En el Far West las caravanas las asaltaban los indios, no la señales de humo … Y es que, pese a que casi todo va siendo ya virtual según la propaganda, todavía hay unas cuantas cosas que no hay más remedio que hacer cuerpo a cuerpo: el amor es la principal de ellas , pese a las ventajas higiénicas del sexo en YouTube, l a educación es otra que suele olvidarse, porque sólo un semejante de carne y hueso puede enseñarnos a ser humanos, y la tercera es la revolución . El ejemplo de Libia es el más evidente: Gadafi no dejará el poder porque le bloqueen la página web los audaces internautas y no hay modo de bajarse cazas o bombarderos de las páginas de descarga. Por lo tanto no queda más remedio que coger el fusil y emprender la lucha , rogando entre tanto apoyo aéreo de la OTAN … Ya antes se había visto en Túnez y Egipto que Internet es muy útil para convocar a la gente en tal o cual plaza, pero de nada sirve si los así convocados no están dispuestos a acudir físicamente y arriesgar el pellejo en esos lugares.
Al final hay que dar la cara … y no basta la foto en Facebook.
De que las redes sociales de Internet son muy útiles no puede dudarse: que transformen la realidad hasta el punto de hacer o deshacer gobiernos sin que nadie abandone su consola y que conviertan la revolución en un juego de rol es una solemne majadería.
Como nos enseñó “El mago de Oz”, muchas veces tras los relámpagos y explosiones del brujo con fama de omnipotente sólo hay un hombrecito asustado, sin otro poder que el que le confiere nuestra credulidad: quien quiera conseguir un cerebro, ganarse un corazón o volver a casa, deberá recurrir a su propio esfuerzo y a la colaboración de sus semejantes, igual que siempre.

miércoles, 6 de abril de 2011

Se extiende en Afganistán la violencia por la quema del Corán


Protestas en Afganistán / Kandahar, escenario de nuevas manifestaciones
A pesar de la condena pública de Obama, ayer hubo dos muertos y decenas de heridos
Lunes 04 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa
KABUL.- Las violentas protestas que se registran desde hace tres días en Afganistán contra la quema de un Corán realizada en Florida, Estados Unidos, causaron ayer por lo menos dos muertos más y 36 heridos en tres ciudades de la provincia sureña de Kandahar.
Los manifestantes, mayoritariamente jóvenes, marcharon por las calles de Kandahar al grito de "Muerte a Estados Unidos" y "Muerte a [Hamid] Karzai", el presidente afgano.
"Hay manifestaciones en tres lugares de la ciudad de Kandahar y también hay una protesta en el distrito de Panjwai", localidad situada unos 10 kilómetros al sudoeste de Kandahar, confirmó Zalmai Ayubi, el vocero de las autoridades provinciales, que afirmó que las marchas se realizaron pacíficamente.
En Jalalabad, unos 150 km al este de Kabul, cientos de estudiantes bloquearon la ruta que une la ciudad con la capital.
Las autoridades afganas desplegaron fuerzas de seguridad, que chocaron con los manifestantes en verdaderas batallas callejeras en Kandahar, ciudad que se caracteriza por concentrar la actividad de la insurgencia talibana. Fuentes hospitalarias de la capital de Kandahar confirmaron la muerte de dos personas, mientras otras 36 resultaron heridas, entre ellas varios policías, por heridas de pedradas y de disparos.
Horas antes de los nuevos disturbios, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había condenado la quema del Corán -libro sagrado de los musulmanes- por parte de una pequeña comunidad religiosa extremista de Florida, el hecho que desencadenó la oleada de ataques con decenas de muertos en Afganistán.
Por medio de un comunicado divulgado por la Casa Blanca, Obama afirmó que "la profanación de cualquier texto sagrado, incluido el Corán, es un acto de intolerancia extrema" pero que no justifica "atacar y matar a personas inocentes como respuesta; es una afrenta a la decencia y la dignidad humanas".
Anteayer, diez personas murieron y otras 83 resultaron heridas también en Kandahar. El viernes pasado, una protesta similar en Mazar-i-Sharif provocó un asalto a las oficinas de las Naciones Unidas que dejó 20 muertos, siete de ellos empleados extranjeros de la organización.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, pidió ayer a Obama y al Congreso norteamericano que obraran para que una quema de Corán como la que realizó un pastor evangélico el 20 de marzo en Florida no se reprodujera en un futuro.
Durante una reunión del Consejo Nacional de Seguridad, Karzai "conminó al presidente norteamericano y a las dos cámaras del Congreso a que condenaran el acto de forma clara y que tomara posición para que tales hechos no se repitan más en el futuro", según indicó la presidencia afgana en un comunicado.
A ese encuentro asistieron el embajador norteamericano en Afganistán, Karl Eikendberry; el jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés) de la OTAN, el general estadounidense David Petraeus, y el representante civil de la alianza atlántica, el británico Mark Sidwell.
El pastor evangélico Wayne Sapp prendió fuego a un ejemplar del Corán en una pequeña iglesia de Florida, el 20 de marzo. Sapp, miembro del Centro de Divulgación Mundial Paloma de la Paz, afirmó que el Corán había sido declarado culpable de diversos crímenes durante un juicio de ocho meses y que, por lo tanto, había que "ejecutarlo".
Terry Jones, director de ese mismo centro, que había desistido de quemar el libro en septiembre pasado tras la fuerte presión de la Casa Blanca y del Pentágono, también estuvo presente durante la quema en la hoguera del libro.
Nueva provocación
La escalada de violencia amenaza con tomar un nuevo impulso luego de que Jones se comprometiera a liderar una protesta el 22 de abril frente a la mezquita más grande de Estados Unidos, en la localidad de Dearborn, en el estado de Michigan.
"Nuestra intención es poner en conocimiento que existe un elemento radical en el islam. Obviamente, es terrible siempre que muere gente asesinada. Creo que, por otra parte, esto muestra el elemento radical del islam", afirmó ayer Jones respecto de las protestas que provocaron decenas de muertos en Afganistán.
Una treintena de personas murieron a causa de las violentas protestas, que las autoridades atribuyen a los insurgentes, pero los talibanes ha negado tener relación con ellas.
Agencias DPA EFE, ANSA y Reuters
Masacre en Paquistán: 41 muertos
ISLAMABAD (ANSA).- Un doble atentado suicida contra un santuario sufí en Paquistán, donde había una multitud de fieles, en su mayoría familias, causó ayer por lo menos 41 muertos, entre mujeres y chicos, y unos 70 heridos, según anunció la policía local. "Se vivieron escenas de infierno; había sangre por todas partes", contaron algunos sobrevivientes. El santuario se encuentra en la ciudad de Dera Ghazi Khan y pertenece a una comunidad sufí, una corriente del islam sunnita frecuentemente atacada por ser calificada de poco ortodoxa y pacifista, y a la que los talibanes consideran una suerte de herejía religiosa dentro de las distintas ramas del islam.