Antisemitismo francés, luces y sombras (de Dreyfus a Strauss-Kahn)
¿Un nuevo "affaire" Drefyus -el caso Strauss Kahn- a escala esta vez del conjunto del planeta? Algunos nos lo olimos desde que estalló el escándalo hace ya dos meses (casi) y nuestro resuquemores parecen confirmarse ahora tras el giro espectacular que el jucicio contra este plítico socalista y (ex) presidente del FMI, de nacinalidad francesa y (notoria) ascendencia judía, habrá sufrido a finales de la semana pasada, como por el cambio de vientos en los medios y en la opinión publica de este y del otro lado del charco que están con siguiendo convertir al acusado en víctima inocente de acusaciones injustas y de linchamiento en los medios, por lo que la comparación con el caso del capitán Dreyfus no hace mas que precisarse.
Y tal vez sea oportuno un pequeño repaso de historia por cuenta del celebre "affaire" que conmocionó en profundidad la sociedad francesa de su tiempo y pasó a la posterioridad como sinónimo de error judicial (flagrante) y de manifestación de anti-semitismo no menos flagrante (e infamante) y de moraleja o recordatorio por lo tanto -a modo de exorcismo, y rezumante por todos los poros de moralina 'democrática)- de los viejos demonios (antisemitas), a tiempo y a destiempo (como escribió el apóstol)
El capitán Dreyfus de nacionalidad francesa y ascendencia (notoria) judía fue acusado a finales del siglo XIX de espionaje a favor de Alemania (Prusia entonces todavía) enemigo directo (e íntimo por así decir) de la República Francesa en el contexto de la hostilidad franco/alemana exarcerbada por la guerra francoprusiana de hacía a penas tres décadas.
Y por más que acabara ganando con creces la batalla de la opinión (tras el 45) cabe decir que nunca se vio del todo rehabilitado en la medida que nunca obtuvo la revisión de juicio que siempre reclamaría. Como fuera, el caso polarizó y dividió en profundidad la sociedad francesa de su tiempo a unos niveles de exacerbación tales -sin que la sangre llegara al río no obstante (como ocurriría décadas mas tarde entre españoles- que Charles Maurras, nuo de los exponentes más destacados del bando anti-Dryefus llegó a compararlo con la polarización y división de los espíritus en la sociedad judía antigua de los tiempos del nacimiento del cristianismo.
¿La historia se repite, estamos ahora encamino de reproducir una querella de la magnitud aquella? Es posible pero entonces habría que tener mucho cuidado de no repetir los mismos errores que los anti-Dreyfus cometieron entonces.
El tono del debate (como dicen los franceses) de ahora parece darlo sin duda el diario Le Fígaro en su edición de hoy que dedica no sé cuántas páginas y artículos de opinión (editorial incluido) al destituido presidente del FMI, y en particular en un articulo de fondo de lal pluma de un abogado en ejercicio en la capital francesa (Bernard Cahen) y presidente honoraire de la Union Internacional de abogados, bajo el titulo (un tanto incendiario) "¡No, el antisemitismo no esta muerto! en unas lineas de tono sentencioso e intención declamatoria en el que el político francés ahora encausado se ve convocado a modo de convidado de piedra tras la evocación en paralelo del caso el capitan Dreyfus y de otro caso celebre y no menos emblemático en los Estados Unidos de principios del siglo XX.
Y me estoy refiriendo a Leo Frank, un industrial de nacionalidad norteamericana y de origen judío que se vería acusado de la muerte (y violación) de una de sus jóvenes empleadas y acabó víctima de la vindicta popular -al cabo de fuertes campañas y polémicas en la opinión pública- tras verse secuestrado de la cárcel en la que se encontraba por un grupo de hombres armados y linchado a continuación antes de que le ahorcaran, lo que daría nacimiento a la muy temible Liga (judía)de Antidifamación y otros grupos análogos, sinónimo de omnipotencia (discrecional) en el mundo de la posguerra, tras el 45. De este como del otro lado del charco.
Ni Dreyfus ni mucho Leo Frank dijeron nunca mucho a los españoles, y a las nuevas generaciones se me antoja que mucho menos todavía, por lo que una vez mas (que se peiens lo que se qu iera) me embarga un sentimiento de precursor -en este y en otros temas- o de estar predicando en el desierto, en el seno de una sociedad como la española un tanto encerrada en si misma y yo diría que "in crescendo" en los dos (o tres)últimos siglos y que prefirió de antiguo la táctica del avestruz, de meter la cabeza del ala ante los vientos impetuosos de opinión pública y degenerando a menudo en vendavales furiosos que soplan por encima de los Pirineos, como ahora parece que en con el caso DSK esté ocurriendo.
Y más aún si cabe en la medida que el fantasma que le circunda -y me refiero a la acusación de antisemitismo- es capaz de intimidar y amedrentar a cualquiera, y que además en el caso de españoles residentes en el extranjero viene a conjugarse con los ecos y resonancias maléficas de la leyenda negra anti-española. Porque cabe decir que hay anti-semitismos y anti-semitismos, y que el que se tribuye al tribunal (español) de la inquisición sigue llevándose la palma de la infamia y de la ignominia por el efecto y el influjo (funestos) que sigue ejerciendo en los espíritus y en la conciencias.
El antisemitismo francés por ejemplo -todo un capítulo a parte (sugestivo y apasionante) de la historia de las ideas políticas en la edad moderna- ofrece el caso insólito de
Celine, consagrado en el firmamento de ls letras en lengua francesa desde hace un rato, como lo ilustra -por paradójico que pueda parecer así primera vista- el escándalo levantado con motivo del cincuenta aniversario de su muerte tras la excomunión de la que se vería objeto a principoo de año por parte del ministro francés de cultura (Frédéric Mitterrand) (...) que prohibió solemnemente su homenaje por cuenta de la ideolología "repugnante" (el antisemitismo) que el célebre escritor encarna a sus ojos sin duda alguna.
El debate no hacía más que comenzar no obstante y el año ya transcurrido a medias, se puede decir que los franceses vienen asistiendo a una rehablitación completa del escritor "maldito" en una celebraciones oficiosas que al final está desmereciendo poco del homenaje oficial que le habrán negado las autoridades y los responsables de la política cultural en el país vecino. Otro caso de anti-semitismo "sui generis" que se merece una puesta en foco por su carácter atípico y no menos tolerado en el mundo que vivimos (ma non troppo) es el de los polacos, como lo ilustra el escandalo suscitado por declaraciones recientes -tachadas de antisemitas en la prensa de un eclesiástico de aquel país- que
"Polonia no había sido gobernado por polacos desde 1939"
Y eran de un ardiente y encendido apóstol/mariano y celador no menos adriente (toutus tuus) de la memoria del papa Wojtyla, del que los gestos (espectaculares) no obstante en favor de los judíos, y por sus encendidas diatribas en contra del antisemitismo harían de él sin duda el papa mas filo/semita de toda& la historia de la iglesia. Enigmas y misterios polacos (...) se diría que por los siglos de los siglos (...)
¿Se podrá pues opinar libremente sin ser polaco ni francés tan siquiera- en el caso Strauss Kahn sin que se te caiga (de oficio) el cielo encima y sin despertar fatalmente los viejos demonios de la leyenda negra anti-española aquí en Bélgica? Es una apuesta desde luego que me parece tan legitima como tantas otras.
Como sea, el caso DSK no está aún zanjado ni mucho menos, como lo ilustran sondeos recientes de opinión que reflejan una opinión pública francesa profundamente dividida -casi por la mitad- ante la eventualidad en caso de verse definitivamente libre y absuelto o sin cargos- -del retorno a la campaña presidencial de las elecciones francesas de este político socialista amigo del lujo de antiguo (como lo demostró regalándose a base de ostras en un restaurante de lujo nada mas ser puesta en libertad días pasados)
Y la marejada y los fuertes oleajes ue viene rrovocando proyectan profundos interrogantes en el futuro inmediato, en Francia como en Bélgica, o en España.
Strauss-Kahn y la Mafia judía norteamericana
La pagina de sucesos -lo digo por propia experiencia condenado a verme preso intermitente en ella durante décadas, cada vez que me veía blanco (de nuevo) de la atención de los medios- se encuentra en situación de compartimento estanco en relación con otras secciones de actualidad de la prensa diaria en los países occidentales (de regímenes democráticos)
Y su irrupción en las páginas o secciones de actualidad política (nacional o extranjera) trae siempre consigo grandes conmociones como ocurrió con el caso Dutroux en Bélgica a mediados de la década de los noventa -que seguí con gran atención e intensidad tras llevar ya una decena a de años residiendo aquí- y como ha venido a suceder ahora con el caso Strauss Kahn en particular tras el giro espectacular que habrá cobrado de golpe en el proceso que a aquél se le sigue por la justicia americana y en la opinión pública de este y del otro lado del charco, en Estados Unidos como en Francia.
El principio de la presunción de inocencia como ése otro un tanto correlativo de la inviolabilidad de la vida privada ('privacy', en lengua inglesa), o como el de la separación de poderes o el de la transparencia son de esos dogmas o principios inviolables del credo democrático, a geometría (y geografía) variable no obstante y que valen lo que valen "secundum quid" (según y como-) como dirían los escolásticos.
El juicio por violación y agresión sexual contra Strauss-Kahn candidato favorito hasta que estalló el escándalo en las elecciones francesas sufrió anteayer un golpe de teatro sorprendente y a la vez perfectamente previsible con la puesta en libertad sin condiciones - del acusado sin que se viera no obstante retirados los cargos (graves) que contra él pesan no obstante y sin que le fuera devuelto el pasaporte ni poder abandonar por tanto el territorio de los Estados Unidos- tras las declaraciones del procurador -hijo de Cyrus Vance secretario de estado de Jimmy Carter- que afirmo que la deposición de la presunta víctima acusaba errores o contradicciones.
Mintió, proclamaba acto a seguir en sus titulares le gran prensa rasgándose las vestiduras. La mentira -corolario inseparable de la transparencia que proclamaron los revolucionarios de hce dos siglos de este como del otro lado del charco- es acusación imparable y arma temible a la vez cuando s e esgrime en público y a gran escala como lo pudo comprobar José Maria Aznar tras el 11 de marzo a sus expensas en una violenta campaña de prensa a escala mundial (casi) y en particular aquí en Bélgica de la que fui testigo privilegiado.
La mentira, se recuerda ahora en la prensa en comentarios sobre el giro que acaba de sufrir el caso DSK es delito en Estados Unidos, y en Francia un juego solo en cambio. Lo que es cierto y extensible también a otros países de Europa...salvo en tratándose de España víctima hoy como ayer de la leyenda negra.
Y la acusación de orden sexual es aun mas temible que la de la mentira aun si cabe en los regímenes democráticos, y lo digo por propia experiencia que -antes de verme libre de toda sospecha- me vi víctima de ella un nivel de simple queja (por un asunto y motivo digamos m´s qu e livianos) con la indagación correspondiente que se siguió en contra mía no obstante, e interrogatorio acompañando en toda regla- ante los responsables (mujeres todas ellas) de uno de los centros de formación profesional en los que me vi obligado a transitar, hace ya bastantes años, residiendo aquí en Bélgica.
En los que sin duda alguna mi condición de español -nadie me lo quita de la cabeza- jugó de factor determinante como me lo corroboraba otro interrogatorio que sufrí por la policía de Bruselas en mi primer año de estancia aquí (y que ya evoqué aquí en alguna de mis entradas) por culpa del contencioso entre dos mujeres jóvenes belgas que me ponían a mí por testigo de sus cuitas sin real motivo de hacerlo, en un dialogo de lo más tenso el mio con los policías aquellos con el que dirigía el interrogatorio repitiendo sin parar -de tono amenazante que me volviera a España de tono amenazante (...)
Me aprendí la lección de aquello desde luego y comprendí ce golpe que la imagen de Don Juan individual y colectiva que arrastramos de forma mas o menos subliminal o difusa los españoles sufre fatalmente una alteración y deformación grave por culpa de un juego funesto de espejos desde que cruzamos los Pirineos. De un Don Juan a un violador (presunto) o en potencia tan siquiera (...)
Y en el caso del sabio de Sión, DSK, parece que se esté dando ahora poco menos que el fenómeno inverso. De presunto violador atrapado vergonzosamente en un asunto apestando a infamia y oprobio por todas partes, una parte de la prensa está consiguiendo dar de él en cambio la imagen en cambio tras el giro espectacular de la instrucción del proceso en un don Juan prototípico y perfecto (abstracción hecha de la nacionalidad por supuesto)
La mentira y "a fortiori" la mentira en materia sexual que fue fatal a Bill Clinton puede se -por mentira que parezca- la tabla de salvación providencial para el presidente del FMI (ahora destituido) Sin que deje de ponerse no obstante en evidencia un vez mas el sistema norteamericano y en particular su sistema judicial y con él el principio de separación de poderes y el propio ideal democrático.
En su célebre trilogía "Underworld USA" el niño terrible de la literatura USA en temas policíacos, James Ellroy, que aquí ya evoqué en no pocas de mis entradas presentaba un fresco un tanto dantesco y alucinante de la sociedad de la América de loas últimas décadas -y por ende del mundo en que vivimos (...)- y de su sistema político infectado hasta la raíz y hasta los mismos niveles mas altos del poder por la corrupción y el crimen organizado y no dejaba de ser ilustrativo en el caso que nos ocupa la figura de abogado de la Mafia omnipresente en la trilogía , en el episodio por ejemplo del acoso del que se vería víctima el candidato presidencial Robert Kennedy, tras el atentado de Dallas del que seria víctima su hermano, y antes de sus propio asesinato.
Y no puedo dejar de evocarlo ya digo a la vista de la imagen -de abogado
(judío, ultra/ortodoxo) de la Mafia- que el defensor de DSK arrastra en la gran prensa como algo notorio que dispensa a los comentaristas del caso DSK de mayores pruebas o abundamientos.
Comparaciones odiosa; algo a evitar sobre todo en democracia, pero no puedo resistirme aquí el evocar el caso de la española
María Jesús Carrascosa, condenada y presa ya desde hace ya más de cinco años años en una cárcel norteamericana por un asunto de custodia de niños que no se habrá merecido hasta ahora los miramientos y contemplaciones y paños calientes de los que se ve objeto ahora el antiguo presidente del FMI pese a los cargos infinitamente mas graves en comparación que pesan en contra suya.
Según quien seas, poderoso o miserable, reza la fabula celebre de la Fontaine, y cámbiese la posición social por la nacionalidad o la ascedencia geográfica nacional o religiosa y tendremos la clave del incomprensión (y la irritacion) de no deja de suscitar entre un amplio sector de la opinión pública (se diga lo que se diga) y en particular entre españoles. El caso Strauss-Kanhn o la democracia mericana en entredicho.